Cuando Mike se despidió, los tres nos quedamos solos.
-Bueno, ¿vamos a la tienda de coches? Necesitamos comprar
uno. Dijo mi padre feliz.
-¿Con qué dinero? – pregunté asombrada.
-Hija, para algo vendimos el nuestro allí en España ¿no
crees?
- Jajaja , es verdad.
Sí, era muy despistada… como podéis ver.
No nos costó mucho encontrar alguna tienda de coches ya que
muy cerca de donde vivíamos había una.
Mi padre estuvo dándoles muchas vueltas y por fin se decidió
por un bonito coche azul metálico.
Me encantaba ese color… Cualquier persona tendría que
esperar a que le llevaran el vehículo pero como nosotros vivíamos al lado nos
lo dieron al instante.
-De nuevo en casa- Dijo mi madre al bajarnos del coche.
-Sí, yo me voy a mi cuarto…Mamá ¿puedo llamar a Rocío?
-¡Sí! Pero rápido.
-Vale, vale. Le dije cogiendo el teléfono y corriendo hacia
mi habitación.
Me tumbé en mi nueva cama y marqué el número.
-mmm…¿Diga?
- ¿Ya estabas durmiendo la siesta , no dormilona?
-¿Miriam? ¡Oh, tía que alegría!
-Rocío si vieras mi nueva casa morirías, ¡tiene hasta
piscina!
-Venga ahora presume… jajajaja;¿ bueno y que tal los chicos
de allí?
-Sólo piensas en eso…
mmm bueno no conozco a nadie aún.
-¿Cómo que mmm bueno? Tía cuéntamelo todo ¡ahora!
-Cómo se nota que me conoces maldita, conocí a un chico en
el aeropuerto. Pero era muy raro.
-¿Raro?
-Sí, llevaba gafas del sol y una gorra que jamás se quitó
durante todo el viaje en el avión.
-Vaya… ¿pero estaba bueno?
-jajaja ¡eres de lo que no hay! Sí, de cuerpo estaba muy
bien pero como te digo no pude verle bien la cara.
-Después soy yo… No llevas ni un día en Londres y ya tienes
a un ligue…
-¡No es mi ligue! Joder, me gustaría que estuvieras aquí.
- ¡Y a mí! Todos te echamos de menos.
-Miriam el teléfono. Gritó mi madre.
-Bueno tía te dejo que si no… La llamada me va a salir muy
cara. ¡Te quiero!
-¡Yo más! ¡Y no sigas ligando!
Colgué el teléfono, sin duda no encontraría a nadie como ella
en Londres.
Eran los ocho de la tarde y a las diez habíamos quedado en
casa de Mike.
Tenía ganas de ir, pero también me daba un poco de
vergüenza, su mujer tenía dos hijos. Sabía
que eran una niña y un niño más o menos de mi edad. Esperaba caerles
bien.
Me metí en la ducha, sólo tardé 5 minutos.
Abrí la maleta y empecé a colocar la ropa en el armario
mientras que también iba pensando lo que me pondría esta noche.
Ya lo tenía decidido cogí una blusa de un rosa claro, con
una rebeca y unos shorts.
-Vale ahora los zapatos, Miriam-Pensé.
No quería ir plana, pero tampoco quería parecer un pato toda
la noche, así que me decidí por unos botines que tenían un poco de tacón.
En el pelo no me hice nada, solo lo cepillé. Me maquillé un
poco, puse una raya negra en mis ojos, rímel y cacao en mis labios.
Salí de mi cuarto, mi madre se estaba arreglando en el baño
de abajo.
-¿Os queda mucho? Después somos las hijas las que tardamos
–Dije riendo.
-Los padres somos peores-Dijo mi padre respondiendo a mi
pregunta.
Me senté en el sofá y miré un poco la tele. Todo estaba en
inglés.
-Jajaja, no creo que pueda acostumbrarme a esto. Pensé
mientras escuchaba sin entender casi nada.
-¡Ya estamos! Dijeron los dos al unísono.
-Por fin… dije riendo.
Subimos al coche y no nos costó mucho llegar a la casa de
Mike, menos mal…ya me estaba viendo perdida por Londres y mi padre maldiciendo
mientras mi madre lo tranquilizaba.
-Vaya, que casa más bonita-Dijo mi madre al verla.
-Es muy parecida a la nuestra ¿verdad?-Dije riendo.
Llamamos al timbre y Mike salió a recibirnos.
-¡Hola! ¿Os ha costado llegar? Dijo dándonos un beso a cada
uno.
-No… La verdad creía que iba a ser más difícil.-Dijo mi
padre.
-No mientas, casi nos estrellamos, no se acostumbra a
conducir al revés-Dije riendo también.
-Es cierto- Admitió mi madre.
-Jajaja, bueno ya se acostumbrará, ahora pasad- Dijo
indicándonoslo con la mano.
Pasamos al salón, la mesa estaba realmente bien preparada.
-¡Hola! Soy Anne, encantada.
Miré al frente para conocer a la mujer de Mike. No puede ser… ¡Yo conocía a esa mujer!
No hay comentarios:
Publicar un comentario