Al verme se le dibujó una sonrisa y se acercó a mí.
-¡Hola de nuevo! –Me dijo.
-¡¿Qué?! ¿Hablas español y me has tenido hablando en inglés?
Yo te mato – Lo dije riendo.
-Jajaja , lo siento. Pero te veías muy encantadora. Si te hubiera contestado en español seguro
que me contestarías muy borde… y con un chico guiri sabía que no serias capaz
de hacerlo.
¿Me había dicho borde? Odiaba que me dijeran eso. Yo no era
borde…
-Para empezar no soy ninguna borde… Además que hago yo
dándole explicaciones a un desconocido. Dije un poco enfadada.
-Es cierto. Pero no soy un desconocido, seguro que ya me
conoces.
-Sí… venga. Yo a ti no te conozco de nada, chaval.
-Perdona, ¿ te sientas o me dejas pasar?
Una mujer mayor esperaba a que el chico rubio se moviera de
allí.
-Señora lo siento, pero lo podía decir con más educación.
Mira que a su edad no es bueno cabrearse tanto. Le dijo mientras se sentaba en
el asiento que había a mi lado.
La señora lo miró con gesto de pocos amigos y se perdió en
el fondo del avión.
Yo no podía parar de reírme.
-¿De qué te ríes? Me preguntó. Supuse que lo hizo con gesto
risueño ya que no podía ver nada de sus facciones gracias a las gafas y la
gorra que aún seguía llevando.
-Después soy yo la borde… Mira que tratar así a personas
mayores… dije todavía riendo.
-Se lo mereció-Dijo, esta vez riendo también.
-Bueno, ya te puedes levantar, creo… Lo dije esperando a que
se moviera del asiento.
-¿Levantarme? ¿Para qué? Me preguntó dudoso.
-¿A tu asiento? Le dije irónicamente. Cómo si la respuesta
fuera evidente.
-Ya estoy en él. Me dijo con una sonrisa picarona.
-¿Qué? No pienso compartir todo el viaje con alguien que ni
siquiera sé cómo se llama. Y encima raro…
Me llamo…
Vi como dudaba… ¿Por qué demonios le costaba tanto decir su
nombre?
-No te lo puedo decir. Por lo menos aún no.
-¿Cómo que no me lo puedes decir? ¿Por qué?- De verdad que
no entendía a ese chico.
-Nada sería igual, Miriam, por favor no preguntes más. Dijo,
sonando sincero.
¿Cómo sabía mi nombre? Entonces recordé que mi madre me
había llamado en el aeropuerto…
-Está bien… dije.
-¡Gracias! Bueno, cambiado de tema…Así que vas a Londres
¿no? Dijo con tono emocionado.
-Mmm… sí.
-¿Qué te pasa? No pareces contenta.-Dijo preocupado.
-Sí… Bueno no, la verdad es que no quiero irme.
-¿Por qué? Digo, es un sitio fantástico… A todo el mundo le
gusta. Me dijo intentando que me animara un poco.
-Porque odio dejar todo lo que quiero y empezar de cero.
-¿Y por qué lo haces?
-Porque no me queda de otra, a mi padre le ha salido trabajo
y yo no puedo hacer nada. Mi padre está tan feliz y mi madre también de verlo a
él…
Ya, pero ¿Qué pasa con tu felicidad? ¿A caso tú no importas?
Sus palabras se clavaron muy dentro de mí…
-Y a ti ¡¿qué demonios te importa?!¡No sabes nada!- No pude
evitar gritar… Llevaba tanta razón aquel chico.
-Tienes razón, no debería importarme.
Hizo intento de levantarse… Genial, Miriam.
Lo cogí de su camiseta, evitando que se marchase.
-Lo siento, soy una bruta. Pero por favor quédate.
¿Qué? ¿Yo había dicho eso? ¿Por qué me importaba tanto como
se sentía ese chico? No lo sé, pero me sentía bien con él.
-Sólo iba al baño… pero me gusta que te preocupes por
mí-Dijo con otra sonrisa .
-Eres realmente un gran capullo, además no me preocupa nada
que tenga que ver contigo- Dije enfadada.
-Claro, claro- Dijo a lo lejos.
Miré por la ventana, vaya ya estábamos volando… Ni me había
dado cuenta.
Miraba y miraba las nubes hasta que me quedé dormida… (es lo
que tiene no dormir en toda la noche)
Sentí como una mano me acariciaba la mejilla, sonreí y abrí
los ojos.
Estaba con la cabeza echada en el hombro del chico rubio.
-Vaya, lo siento…¿Te he despertado? Sólo quería apartarte el
cabello para que no te molestara.
-Discúlpame a mí por posarme en tu hombro- Dije mientras lo
miraba…
-Me encanta que lo hagas. Parecías hasta un angelito.
No pude evitar sonrojarme y lo peor es que él se dio cuenta
y sonrió.
-¿Por qué eres así? – Dije
-¿Así cómo? Respondió sorprendido.
-Eres tan raro… debería tenerte desconfianza, pero
simplemente no puedo.
-Creo que te estás enamorando señorita Miriam.
-¿Yo? ¿De ti? Jajajajaja no me hagas reír.
-¿Ah no?- Dijo acercándose a mí, estaba muy muy cerca,
nuestras narices casi se rozaban.
-No, dije y le di un mordisco en el cachete.
- Te has pasado- Y empezó a hacerme cosquillas. Se acercó a
mi cachete, pensé que me daría el mordisco más grande del mundo pero… me dio un
tierno beso.
-¿Por qué no te quitas las gafas?-Dije deseosa de verle sin
ellas.
-Mejor, no. Dijo mientras volvía a ponerse recto en su
asiento.
-¿Tan feo eres? Dije riendo.
-Te volverías loca por mí y no quiero numeritos en el avión
-ja , ja ,ja . Venga anda, hazlo por mí… Le rogué.
-De verdad que lo haría… pero no puedo.
-Otra vez con ¿no puedo?
-Jajaja, sí… me operaron de la vista y me ha dicho el médico
que las lleve.
-No te creo, pero bueno…
Mi móvil sonó… era un mensaje.
-¿Y esa canción? Me preguntó mientras reía sin parar.
¿Por qué se reía tanto? no lo entendía…
-Es so sick cantada por mi Irlandés…no sé de qué te ríes…
-¿Tu irlandés?
Era mi imaginación o…¿Se había puesto rojo?
-Sí, Nialler James Horan…
-Vaya así que te gusta ese Nialler ¿no?
-Es el amor de mi vida… Sabes sé que te vas a reír pero me
da igual, algún día sé que lo conoceré y yo seré la princesa que él busca.
-Lo sé…
Lo dijo sonando tan sincero, que hizo que bajara la mirada y
leyera el mensaje.
Una lágrima cayó por mis mejillas…
-¿Qué te ocurre? ¿Pasa algo malo?
-Es mi amiga… diciéndome que me echará de menos. Jamás la
volveré a ver…
Me abracé a él mientras lloraba. Él me apretó fuertemente
contra su pecho… era el abrazo que necesitaba en ese momento.
-Seguro que se veréis Miriam…Confía en mi palabra.
-Señores pasajeros, el avión aterrizará en unos instantes.
Espero que hayáis disfrutado del viaje-Una voz sonaba de los altavoces del
avión.
-Ya estamos aquí pequeña-me dijo al oído y lo dejé de
abrazar.
-Bueno pues fin del viaje…- Era la voz de mi madre.
Estaba de pie junto a mi padre y nos miraba con una sonrisa
maliciosa acompañada de una mirada pícara.
-Mmm… Sí, ¿bajamos del avión?-Les pregunté irónicamente
mientras me levantaba del asiento y les empujaba hacia la puerta de salida, así
evitaba que mi madre me hiciera pasar vergüenza delante de aquel chico con algún
comentario absurdo.
Le encantaba hacerlo, siempre me ponía roja y comenzaba a preguntarles
cosas a mis amigos. Pero a pesar de eso la adoraba.
Aproveché que fueron a recoger las maletas para despedirme del
chico extraño.
-Ehh tú! Ha sido un placer viajar contigo, joven misterioso-
Dije mientras le guiñaba un ojo y le daba un beso en la mejilla.
Le di la espalda y me fui alejando hacia mis padres cuando
me dijo:
-¡Sé que nos volveremos a ver!
-Yo no salgo con extraños –reí
Escuché como él también reía pero no volví la cabeza para
verle.
Llegué donde estaban mis padres... ¿Quién era el tipo que
estaba con ellos?
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