viernes, 31 de agosto de 2012

Cap 6.


-¡Eres Anne!-Grité emocionada.

- Sí, y tú debes de ser Miriam ¿no? Dijo riendo mientras me daba un beso.

-Sí, pero tú eres la madre de ¡Harry Styles!

-Vaya, ya veo que conoces a mi hijo…

-Sí , veo que ya me conoces Miriam. Dijo una voz interrumpiendo la  de Anne.

No me lo podía creer, era ¡HARRY STYLES!

-Dios…es un sueño ¿verdad? Le dije mientras me saludaba con un beso en la mejilla.

-Creo que no, señorita. Dijo mientras reía.

Gemma también nos saludó. Era tan guapa…

-Bueno…¿cenamos? Dijo Mike para que volviéramos en sí todos.

-¡Claro!- Dije entusiasmada.

Vi como Harry sonreía.

La cena transcurrió tranquila aunque no faltaron risas y comentarios absurdos.

Harry y yo terminamos de cenar los primeros.

-¿Vienes al jardín? Me preguntó.

-Sí. Contesté con una gran sonrisa.

Nos levantamos de la mesa y caminamos juntos hacia el jardín.

-Bueno…¿Cuántos años tienes? Preguntó Harry.

-¿Cuántos me echas? Le pregunté mientras reía.

-Mmm…¿18? Dijo algo dudoso.

-¿18? Jajaja ¡qué más quisiera yo! Sólo tengo 16.

-¿Enserio? Así que eres una peque todavía… dijo riéndose de mí.

-¿Perdona? Tu sólo tienes dos años más…

-Soy mayor de edad , nena. Dijo guiñándome un ojo.

-Puede que seas mayor de edad… ¡pero mi cerebro tiene más años que el tuyo! Dije guiñándole un ojo también.

-Oh, ¡qué golpe más gratuito! Dijo mirándome fijamente.

-Jajaja, sabes que llevo razón…

-Esto lo lamentarás Miriam… dijo levantándose del sillón en donde ambos estábamos sentados.

No me dio tiempo a preguntar nada cuando ya me tenía en brazos.

-¿Qué haces? ¡Suéltame Harry!- Grité con la esperanza de que me bajara.

-No vale de nada gritar… Nuestros padres no se van a enterar.

Era verdad, la casa estaba un poco alejada del jardín.

-Por favor, Harry. Le dije viendo que se dirigía a la piscina.

-Pídeme perdón… y puede que te suelte.

-¿Estás loco? No pienso pedirte perdón.

-Entonces…

No dio tiempo a que dijera nada más, ya estábamos dentro de la piscina los dos.

-Te lo dije… Dijo riéndose de mi cara al salir a la superficie.

-¡Serás capullo! Menos mal que no llevaba el móvil…

-¿Me acabas de insultar? Dijo riendo.

-Sí…

-Vale, veo que no aprendes…

Harry vino nadando hacía mí.

-¡No, no! Harry, por favor…

-No te voy a hacer nada, solo me iba a salir de la piscina. Dijo riendo ante mi reacción.

Salimos de la piscina los dos. Estábamos empapados.

-Gracias Harry por mojarme entera- Dije irónicamente  

-Anda, toma una toalla…¿Ves como soy bueno? Podía dejar que te congelaras y te diera una pulmonía pero no lo hago.

-Oh, muchas gracias, es lo más bonito que me han dicho nunca-Reí.

Ambos entramos en la casa… Afuera hacía un frío espantoso.

-¡¿Qué os ha pasado?! Dijeron todos al vernos.

-Quería enseñarle a Miriam una cosa de la piscina cuando el gato nos asustó y…

Lo miré mientras pensaba:¿Cómo se puede ser tan mentiroso?

Parece que él se dio cuenta y mientras reía dijo:

Mamá, voy arriba para cambiarme y darle alguna ropa seca a Miriam.

-Vale- Dijo Anne mientras todos volvían a la conversación que tenían antes de aparecer nosotros.

-Eres un embustero, no te he delatado por lástima- Dije riendo.

-Gracias por hacerlo, amor.

Me sonrojé un poco. Él me miró mientras me daba una sudadera suya.

-Toma, con esto estarás mejor.

-Gracias, ¿Dónde me cambio? Le dije.

-Aquí… Dijo sonriendo maliciosamente.

-Jajaja¡ tú estás tarado! Dije mientras reía.

-Vale, me voy afuera un momento… pero date prisa.

-Qué si, pesado… le dije mientras lo empujaba hacia la puerta de su habitación.

-Qué fuerte, ya me echan hasta de mi habitación… -Se quejaba Harry.

Me reía sin parar mientras cerraba la puerta.

Me quité mi ropa y me puse la sudadera seca de Harry.

Se oyeron unos golpecitos en la puerta.

-¿Qué quieres pesado? Grité empujando la puerta para que todavía no entrara.

-Te traigo un pantalón de Gemma…

Abrí un poco la puerta. Cogí el pantalón y volví a cerrar rápidamente.

-¿ Un pantalón de pijama? Pregunté riéndome sin parar.

-Bueno, era lo único que he encontrado… Dijo riendo también.

Me lo puse y abrí la puerta.

-Vaya… ¡te ves sexy!

-¡Calla, payaso! Dije dándole un codazo.

-Me toca cambiarme a mí…

-Sí, me salgo afuera para que lo hagas.

-No hace falta, yo no soy como tú… Dijo riendo.

-JAJAJA por desgracia no… Anda me voy pillín.

Cuando los dos bajamos de nuevo al salón nuestros padres estaban peleando sobre algo. Nos acercamos para ver que sucedía.

-Venga, quedarse a dormir… ya es muy tarde. Decían Mike y Anne.

-No, ya os vemos dado muchas molestias. Dijo mi madre.

-Oh ¡venga ya! Además Antonio no sabe dónde está la empresa… Dijo Mike.

-Cierto, además Miriam tampoco sabe dónde está el instituto. Y dentro de dos días empieza…Dijo esta vez Harry.

-Harry lleva razón. Intervino Gemma.

-Bueno…Miriam ¿Quieres que nos quedemos?-Me preguntaron mis padres.

-Claro, ¡PARTY!

Todos rieron ante mi comentario.

-Creo que será mejor dormir, todos estamos muy cansados… además es tarde. Dijeron mi padres juntos con Anne y Mike.

-Miriam ¿Quieres dormir conmigo? Me preguntó Gemma risueña.

-¡Claro que sí!

Todos se pusieron un pijama, Anne le prestó uno a mi madre y Mike hizo lo mismo con mi padre.

Harry y yo éramos los únicos que ya lo teniamos puesto. Se veía tan sexy…

Mis padres dormirían en el cuarto de invitados, les di las buenas noches, al igual que a Anne y Mike.

Me fui hacía el cuarto de Gemma , ella ya se encontraba allí.

Antes de abrir la puerta del cuarto, Harry abrió la suya , su cuarto estaba en frente .

-Miriam…

-¿Sí?

-Buenas noches, guapa.-Me dijo mientras depositaba un dulce beso en mi frente.

-Buenas noches Harry.

Entré en la habitación, vi como Gemma ya dormía. Me tumbé en la cama que me pertenecía sin hacer ruido para no despertarla... y oliendo la sudadera de Harry; que aún olía a él, me quedé dormida...

Cap 5.


Cuando Mike se despidió, los tres nos quedamos solos.

-Bueno, ¿vamos a la tienda de coches? Necesitamos comprar uno. Dijo mi padre feliz.

-¿Con qué dinero? – pregunté asombrada.

-Hija, para algo vendimos el nuestro allí en España ¿no crees?

- Jajaja , es verdad.

Sí, era muy despistada… como podéis ver.

No nos costó mucho encontrar alguna tienda de coches ya que muy cerca de donde vivíamos había una.

Mi padre estuvo dándoles muchas vueltas y por fin se decidió por un bonito coche azul metálico.

Me encantaba ese color… Cualquier persona tendría que esperar a que le llevaran el vehículo pero como nosotros vivíamos al lado nos lo dieron al instante.

-De nuevo en casa- Dijo mi madre al bajarnos del coche.

-Sí, yo me voy a mi cuarto…Mamá ¿puedo llamar a Rocío?

-¡Sí! Pero rápido.

-Vale, vale. Le dije cogiendo el teléfono y corriendo hacia mi habitación.

Me tumbé en mi nueva cama y marqué el número.

-mmm…¿Diga?

- ¿Ya estabas durmiendo la siesta , no dormilona?

-¿Miriam? ¡Oh, tía que alegría!

-Rocío si vieras mi nueva casa morirías, ¡tiene hasta piscina!

-Venga ahora presume… jajajaja;¿ bueno y que tal los chicos de allí?

-Sólo piensas en eso…  mmm bueno no conozco a nadie aún.

-¿Cómo que mmm bueno? Tía cuéntamelo todo ¡ahora!

-Cómo se nota que me conoces maldita, conocí a un chico en el aeropuerto. Pero era muy raro.

-¿Raro?

-Sí, llevaba gafas del sol y una gorra que jamás se quitó durante todo el viaje en el avión.

-Vaya… ¿pero estaba bueno?

-jajaja ¡eres de lo que no hay! Sí, de cuerpo estaba muy bien pero como te digo no pude verle bien la cara.

-Después soy yo… No llevas ni un día en Londres y ya tienes a un ligue…

-¡No es mi ligue! Joder, me gustaría que estuvieras aquí.

- ¡Y a mí! Todos te echamos de menos.

-Miriam el teléfono. Gritó mi madre.

-Bueno tía te dejo que si no… La llamada me va a salir muy cara. ¡Te quiero!

-¡Yo más! ¡Y no sigas ligando!

Colgué el teléfono, sin duda no encontraría a nadie como ella en Londres.

Eran los ocho de la tarde y a las diez habíamos quedado en casa de Mike.

Tenía ganas de ir, pero también me daba un poco de vergüenza, su mujer tenía dos hijos. Sabía  que eran una niña y un niño más o menos de mi edad. Esperaba caerles bien.

Me metí en la ducha, sólo tardé 5 minutos.

Abrí la maleta y empecé a colocar la ropa en el armario mientras que también iba pensando lo que me pondría esta noche.

Ya lo tenía decidido cogí una blusa de un rosa claro, con una rebeca y unos shorts.

-Vale ahora los zapatos, Miriam-Pensé.

No quería ir plana, pero tampoco quería parecer un pato toda la noche, así que me decidí por unos botines que tenían un poco de tacón.

En el pelo no me hice nada, solo lo cepillé. Me maquillé un poco, puse una raya negra en mis ojos, rímel y cacao en mis labios.

Salí de mi cuarto, mi madre se estaba arreglando en el baño de abajo.

-¿Os queda mucho? Después somos las hijas las que tardamos –Dije riendo.

-Los padres somos peores-Dijo mi padre respondiendo a mi pregunta.

Me senté en el sofá y miré un poco la tele. Todo estaba en inglés.

-Jajaja, no creo que pueda acostumbrarme a esto. Pensé mientras escuchaba sin entender casi nada.

-¡Ya estamos! Dijeron los dos al unísono.

-Por fin… dije riendo.

Subimos al coche y no nos costó mucho llegar a la casa de Mike, menos mal…ya me estaba viendo perdida por Londres y mi padre maldiciendo mientras mi madre lo tranquilizaba.

-Vaya, que casa más bonita-Dijo mi madre al verla.

-Es muy parecida a la nuestra ¿verdad?-Dije riendo.

Llamamos al timbre y Mike salió a recibirnos.

-¡Hola! ¿Os ha costado llegar? Dijo dándonos un beso a cada uno.

-No… La verdad creía que iba a ser más difícil.-Dijo mi padre.

-No mientas, casi nos estrellamos, no se acostumbra a conducir al revés-Dije riendo también.

-Es cierto- Admitió mi madre.

-Jajaja, bueno ya se acostumbrará, ahora pasad- Dijo indicándonoslo con la mano.

Pasamos al salón, la mesa estaba realmente bien preparada.

-¡Hola! Soy Anne, encantada.

Miré al frente para conocer a la mujer de Mike.  No puede ser… ¡Yo conocía a esa mujer!

Cap 4.


Me acerqué a ellos, no me dio tiempo a decir nada cuando mi padre dijo:

-¡Mira, aquí está mi hija!

-¡Oh,Miriam!¡Cuanto has crecido!La ultima vez que te vi eras solo una niña y ahora tengo ante mí a toda una mujercita.

No me hizo falta escuchar nada más para saber que era el amigo inglés de mi padre.

-Gracias… -La verdad es que no sabía que decir, yo no me acordaba de aquel hombre.

-Miriam te pasabas todo el día jugando con Mike. Me aseguró mi madre, que estaba callada hasta ahora.

-Mira, te he traído algo… De pequeña eran tus favoritos. Siempre me pedías más y más.

Mike me dio una chocolatina.

-Vaya, sí que me acuerdo de esto… ¡Muchísimas gracias Mike!

Esas chocolatinas estaban realmente buenas, las fabricaba una marca británica pero en España no las había.

-Bueno, vamos… Es hora de enseñaros vuestra nueva casa.

Mike nos condujo a su coche y una vez dentro, comenzaron a hablar cosas de familia y los buenos tiempos que vivieron juntos los tres.

Yo aproveché y le contesté el mensaje a mi amiga Rocío.

-Yo también te estoy echando de menos, como me gustaría que estuvieras aquí… Dale un fuerte beso a todos por allí de mi parte. ¡Te adoro!

-¿Miriam? – Mi padre me estaba hablando y no le había oído.

-Dime.

- Te he preguntado que si te gustaría ir a cenar a casa de Mike esta noche. Dijo mi padre como si me lo hubiera dicho mil veces.

-Bueno no tengo más planes… Por mí encantada. – Dije riendo.

-Entonces ¡decidido! Está noche se venís a cenar a mi casa. Dijo Mike entusiasmado.

-Pero… ¿No seremos una molestia? Tu mujer no sabe nada…- Dijo mi madre.

-¡Anne ya lo sabe! Se lo dije esta mañana y estaba encantada ante la idea; al igual que sus hijos. Tienen muchas ganas de conoceros.

¿Anne? Me encantaba ese nombre… era como el de la madre de Harry.

Llegamos a mi nueva casa, lo supe porque el coche se detuvo.

-¡OH ,MADRE MÍA! Dijo mi madre asombrada.

Levanté la mirada de mi móvil. Enserio…¿era esa mi nueva casa?

Era una casa enorme, nada comparada con el piso en donde vivíamos en España.

-Esto es demasiado… dijo mi padre.

-Pues porque no has visto el interior y el jardín con piscina. Dijo Mike riendo.

-¿Qué tiene qué? – Dije alucinada al escuchar lo del jardín con piscina.

Entramos a la casa,  tenía un recibidor enorme, bueno en realidad todo era enorme. Constaba de dos plantas y todo estaba decorado con un exquisito gusto.

Era la casa de mis sueños… Al ver la cara de mis padres sabía que también para ellos lo era.

-Bueno ¿subimos a las habitaciones? Dijo Mike encantado por vernos tan entusiasmados.

-¡Corre, vamos! Le dije cogiéndolo de un brazo.

Tenía 3 habitaciones. Entramos primero en la mía.

¡Era enorme! Me encantaba.

-Dios esto es…demasiado.

-Sabía que te gustaría, cielo. Dijo Mike contento de haber acertado con el diseño.

Y así fuimos viendo la habitación de mis padres y la de invitados.

Llegamos al jardín… ¿podía ser más perfecto?

-De verdad, no nos tenías que haber dado esta casa. Es demasiado. Dijo mi padre un poco avergonzado, era una casa de lujo que él jamás podría haber tenido.

-Yo no te he dado nada, ha sido la empresa en donde comenzarás a trabajar mañana. Y sólo es un modo de agradecerte que hayas dejado tu casa incluso haber vendido tu coche para trabajar con nosotros.

-De todos modos, es demasiado…

-Sé que serás un pilar fundamental en la empresa Antonio, por eso te llamé. Anda caya y disfruta. Dijo Mike dándole un codazo.

Mi padre lo abrazó y mi madre hizo lo mismo conmigo. Que estampa formábamos en el jardín más ridícula.

 -Bueno yo ya me voy, os espero esta noche en mi casa. La dirección es ésta.

Mike le ofreció una tarjeta a mi madre con la dirección y se despidió de nosotros.

jueves, 30 de agosto de 2012

Cap 3.


Al verme se le dibujó una sonrisa y se acercó a mí.

-¡Hola de nuevo! –Me dijo.

-¡¿Qué?! ¿Hablas español y me has tenido hablando en inglés? Yo te mato – Lo dije riendo.

-Jajaja , lo siento. Pero te veías muy encantadora.  Si te hubiera contestado en español seguro que me contestarías muy borde… y con un chico guiri sabía que no serias capaz de hacerlo.

¿Me había dicho borde? Odiaba que me dijeran eso. Yo no era borde…

-Para empezar no soy ninguna borde… Además que hago yo dándole explicaciones a un desconocido. Dije un poco enfadada.

-Es cierto. Pero no soy un desconocido, seguro que ya me conoces.

-Sí… venga. Yo a ti no te conozco de nada, chaval.

-Perdona, ¿ te sientas o me dejas pasar?

Una mujer mayor esperaba a que el chico rubio se moviera de allí.

-Señora lo siento, pero lo podía decir con más educación. Mira que a su edad no es bueno cabrearse tanto. Le dijo mientras se sentaba en el asiento que había a mi lado.

La señora lo miró con gesto de pocos amigos y se perdió en el fondo del avión.

Yo no podía parar de reírme.

-¿De qué te ríes? Me preguntó. Supuse que lo hizo con gesto risueño ya que no podía ver nada de sus facciones gracias a las gafas y la gorra que aún seguía llevando.

-Después soy yo la borde… Mira que tratar así a personas mayores… dije todavía riendo.

-Se lo mereció-Dijo, esta vez riendo también.

-Bueno, ya te puedes levantar, creo… Lo dije esperando a que se moviera del asiento.

-¿Levantarme? ¿Para qué? Me preguntó dudoso.

-¿A tu asiento? Le dije irónicamente. Cómo si la respuesta fuera evidente.

-Ya estoy en él. Me dijo con una sonrisa picarona.

-¿Qué? No pienso compartir todo el viaje con alguien que ni siquiera sé cómo se llama. Y encima raro…

Me llamo…

Vi como dudaba… ¿Por qué demonios le costaba tanto decir su nombre?

-No te lo puedo decir. Por lo menos aún no.

-¿Cómo que no me lo puedes decir? ¿Por qué?- De verdad que no entendía a ese chico.

-Nada sería igual, Miriam, por favor no preguntes más. Dijo, sonando sincero.

¿Cómo sabía mi nombre? Entonces recordé que mi madre me había llamado en el aeropuerto…

-Está bien…  dije.

-¡Gracias! Bueno, cambiado de tema…Así que vas a Londres ¿no? Dijo con tono emocionado.

-Mmm… sí.

-¿Qué te pasa? No pareces contenta.-Dijo preocupado.

-Sí… Bueno no, la verdad es que no quiero irme.

-¿Por qué? Digo, es un sitio fantástico… A todo el mundo le gusta. Me dijo intentando que me animara un poco.

-Porque odio dejar todo lo que quiero y empezar de cero.

-¿Y por qué lo haces?

-Porque no me queda de otra, a mi padre le ha salido trabajo y yo no puedo hacer nada. Mi padre está tan feliz y mi madre también de verlo a él…

Ya, pero ¿Qué pasa con tu felicidad? ¿A caso tú no importas?

Sus palabras se clavaron muy dentro de mí…

-Y a ti ¡¿qué demonios te importa?!¡No sabes nada!- No pude evitar gritar… Llevaba tanta razón aquel chico.

-Tienes razón, no debería importarme.

Hizo intento de levantarse… Genial, Miriam.

Lo cogí de su camiseta, evitando que se marchase.

-Lo siento, soy una bruta. Pero por favor quédate.

¿Qué? ¿Yo había dicho eso? ¿Por qué me importaba tanto como se sentía ese chico? No lo sé, pero me sentía bien con él.

-Sólo iba al baño… pero me gusta que te preocupes por mí-Dijo con otra sonrisa .

-Eres realmente un gran capullo, además no me preocupa nada que tenga que ver contigo- Dije enfadada.

-Claro, claro- Dijo a lo lejos.

Miré por la ventana, vaya ya estábamos volando… Ni me había dado cuenta.

Miraba y miraba las nubes hasta que me quedé dormida… (es lo que tiene no dormir en toda la noche)

Sentí como una mano me acariciaba la mejilla, sonreí y abrí los ojos.

Estaba con la cabeza echada en el hombro del chico rubio.

-Vaya, lo siento…¿Te he despertado? Sólo quería apartarte el cabello para que no te molestara.

-Discúlpame a mí por posarme en tu hombro- Dije mientras lo miraba…

-Me encanta que lo hagas. Parecías hasta un angelito.

No pude evitar sonrojarme y lo peor es que él se dio cuenta y sonrió.

-¿Por qué eres así? – Dije

-¿Así cómo? Respondió sorprendido.

-Eres tan raro… debería tenerte desconfianza, pero simplemente no puedo.

-Creo que te estás enamorando señorita Miriam.

-¿Yo? ¿De ti? Jajajajaja no me hagas reír.

-¿Ah no?- Dijo acercándose a mí, estaba muy muy cerca, nuestras narices casi se rozaban.

-No, dije y le di un mordisco en el cachete.

- Te has pasado- Y empezó a hacerme cosquillas. Se acercó a mi cachete, pensé que me daría el mordisco más grande del mundo pero… me dio un tierno beso.

-¿Por qué no te quitas las gafas?-Dije deseosa de verle sin ellas.

-Mejor, no. Dijo mientras volvía a ponerse recto en su asiento.

-¿Tan feo eres? Dije riendo.

-Te volverías loca por mí y no quiero numeritos en el avión

-ja , ja ,ja . Venga anda, hazlo por mí… Le rogué.

-De verdad que lo haría… pero no puedo.

-Otra vez con ¿no puedo?

-Jajaja, sí… me operaron de la vista y me ha dicho el médico que las lleve.

-No te creo, pero bueno…

Mi móvil sonó… era un mensaje.

-¿Y esa canción? Me preguntó mientras reía sin parar.

¿Por qué se reía tanto? no lo entendía…

-Es so sick cantada por mi Irlandés…no sé de qué te ríes…

-¿Tu irlandés?

Era mi imaginación o…¿Se había puesto rojo?

-Sí, Nialler James Horan…

-Vaya así que te gusta ese Nialler ¿no?

-Es el amor de mi vida… Sabes sé que te vas a reír pero me da igual, algún día sé que lo conoceré y yo seré la princesa que él busca.

-Lo sé…

Lo dijo sonando tan sincero, que hizo que bajara la mirada y leyera el mensaje.

Una lágrima cayó por mis mejillas…

-¿Qué te ocurre? ¿Pasa algo malo?

-Es mi amiga… diciéndome que me echará de menos. Jamás la volveré a ver…

Me abracé a él mientras lloraba. Él me apretó fuertemente contra su pecho… era el abrazo que necesitaba en ese momento.

-Seguro que se veréis Miriam…Confía en mi palabra.

-Señores pasajeros, el avión aterrizará en unos instantes. Espero que hayáis disfrutado del viaje-Una voz sonaba de los altavoces del avión.

-Ya estamos aquí pequeña-me dijo al oído y lo dejé de abrazar.

-Bueno pues fin del viaje…- Era la voz de mi madre.

Estaba de pie junto a mi padre y nos miraba con una sonrisa maliciosa acompañada de una mirada pícara.

-Mmm… Sí, ¿bajamos del avión?-Les pregunté irónicamente mientras me levantaba del asiento y les empujaba hacia la puerta de salida, así evitaba que mi madre me hiciera pasar vergüenza delante de aquel chico con algún comentario absurdo.

Le encantaba hacerlo,  siempre me ponía roja y comenzaba a preguntarles cosas a mis amigos. Pero a pesar de eso la adoraba.

Aproveché que fueron a recoger las maletas para despedirme del chico extraño.

-Ehh tú! Ha sido un placer viajar contigo, joven misterioso- Dije mientras le guiñaba un ojo y le daba un beso en la mejilla.

Le di la espalda y me fui alejando hacia mis padres cuando me dijo:

-¡Sé que nos volveremos a ver!

-Yo no salgo con extraños –reí

Escuché como él también reía pero no volví la cabeza para verle.

Llegué donde estaban mis padres... ¿Quién era el tipo que estaba con ellos?

Cap 2.


Llegamos al aeropuerto, el camino se había hecho muy largo ya que nadie dijo nada en todo el trayecto.

Mientras mis padres iban facturando las maleta, yo aproveché y me alejé un poco, me gustaba ver como la gente iba a recibir a las personas queridas que habían estado fuera.

Estaba viendo como un hombre llegaba y abrazaba a una mujer de su misma edad y a un niño pequeño… seguramente era su esposa y su hijo. Pero dejé de verles porque un idiota hizo que me cayera al suelo.

-¡AY! ¿Te puedes fijar por dónde vas? –Le grité.

-I´m sorry …

-Genial, no me he ido de España y ya  oigo hablar en inglés-pensé mientras me levantaba y miraba quien era el pedazo de burro que había chocado contra mí.

Lo mire extrañada , me resultaba demasiado familiar... Tenía el pelo rubio, pero casi no se le veía pues llevaba una gorra que no se le dejaba ver y además llevaba gafas de sol. ¿A quién se le ocurría llevar gafas de sol dentro del aeropuerto?

No, sinceramente yo no podía conocer de nada a ese tipo. Era el típico guiri que puedes encontrar en cualquier parte de España.

-Hello? Dijo mientras me hacía señas para que volviera en mí. Me había quedado pensando sin responderle nada…

-Miriam,¡ vamos! –me gritó mi madre.

- My  mother  calls me…Goodbye! –Le dije con un acento  realmente  patético.

En estos momentos es cuando una se da cuenta en que al igual que ellos hablan español con acento ´´gracioso´´ nosotros hacemos lo mismo frente a ellos…

Bye, lovely! –Dijo riendo.

Genial, tal y como pensaba… se estaba riendo de mi pronunciación. Su sonrisa era realmente perfecta ...

-¡Miriam!- Esta vez gritó mi padre.

-Joder, ¡ya voy!-Contesté mientras me alejaba de aquel chico tan extraño.
-¿Con quién hablabas?-Preguntó mi madre.
-Con nadie… Era un guiri que se había perdido- dije pero… ¿Por qué mentí? Me di la vuelta para poder verle por última vez pero ya no estaba.
-Joder, sí que es rápido- Mierda, lo dije en voz alta.
-¿Quién? -Preguntó mi padre, mirándome como a un bicho raro.
-MMM… Como facturan las maletas, ¿No te has dado cuenta? Es muy rápido… -¿Podía haber dicho una tontería más gorda? Yo creo que no, pero pasaba de decirle nada sobre aquel chico .
-Hija, creo que no dormir te sienta mal – Dijo.
Pero no contesté   y subí al avión. Mis padres se sentaron juntos y yo preferí sentarme un poco más atrás de ellos.
Puse mi iPod a todo volumen mientras me situaba en el asiento que había junto a la ventana.
Recuerdos y más recuerdos me agolpaban la mente, no pude evitar mirar la pulsera que llevaba en mi muñeca izquierda, era el símbolo de amistad entre mi amiga Rocío y yo… ella era mi mejor amiga, como le iba a echar de menos…
Levanté la mirada y justo entonces me encontré mirando al chico rubio del aeropuerto.

 

Cap 1.


La alarma de mi móvil sonó y todos mis pensamientos se desvanecieron al oír la canción de One Thing . Bueno al menos perfeccionaría mi inglés para cuando conociera a mi grupo favorito. No pude evitar sonreír ante la idea.

-Get out, get out, get out of my head – Cantaba mientras abría la puerta de mi habitación.

Mi madre también abrió la suya.

-Vaya, ¿has amanecido de buen humor o qué? Preguntaba irónicamente

-No he pegado ojo en toda la noche, es esa canción que se me pega demasiado…Creo que voy a tener que cambiar de alarma- Dije un tanto confusa.

-Ya se te ve, cielo…

-Te quiero, mamá- Dije mientras la abrazaba.

- Y yo a ti cariño-Dijo correspondiéndome con el abrazo.

 
Mientras ella bajaba a desayunar junto a mi padre, yo aproveché y me metí al baño a ducharme. Me encantaba hacerlo cuando me levantaba, me relajaba mucho y en esos momentos necesitaba hacerlo.  

El agua caliente caía sobre mi piel, quitando cualquier pensamiento de mi mente.

Una voz  y unos ruidos en la puerta me interrumpieron.

-Miriam, date prisa. Saldremos dentro de 15 minutos.

-Vale, mamá. Dije un poco triste.

-¿Te pasa algo? Te noto algo triste. Dijo ella preocupada

-No, para nada. Dije intentando parecer convincente.

Parece ser que se lo tragó, pues se alejó de la puerta y escuché como volvía a la cocina con mi padre.

La verdad era que estaba un poco triste, llegaba el momento de marcharse y empezar una nueva vida lejos de todo lo que amaba y sabía que no estaba preparada para ello.

Salí de la bañera, me desenredé el cabello y me relié en una toalla.

Fui a mi habitación, genial ahora tenía toda la ropa metida en la maleta.

-Eres tan lista Miriam -me dije para mí misma.

Abrí la maleta y cogí el primer short que vi y una camiseta y unas converses del mismo color que ella.
 
Me dejé el pelo suelto, aprovechando que tenía un poco de ondulaciones y eso me gustaba porque siempre estaba muy liso, me pinté un poco la raya del ojo y puse un poco de rímel en mis pestañas.
El taxi llegó y subimos a él…desde la ventanilla dije adiós a todo lo que un día fue mi hogar.

Prólogo.


Era de noche, amanecía en la ciudad de Sevilla. No podía dormir y sólo faltaban horas para irnos al aeropuerto. Era el peor día de mi vida, tendría que alejarme de mis amigos, de mis recuerdos de la niñez, de mi hogar… Y todo porque a mi padre le había salido un trabajo fuera de España. Sí, como leen fuera de mi país.

El trabajo era en Londres, quizás para algunas chicas eso sería una muy buena noticia, Londres era un lugar maravilloso pero para mí era la peor cosa que me podía pasar. Y todo gracias a un gran amigo inglés que mi padre tiene. Según mi madre se conocieron gracias a que él  veraneaba en el mismo lugar que nosotros, pero dejó de hacerlo ya que se casó con una mujer, la cual, tenía dos hijos de su anterior matrimonio. Yo era muy pequeña por lo que no me acordaba de aquel hombre.

Se ve que perdieron un poco el contacto ya que nunca se veían pero siempre se llamaban el uno al otro hasta que éste lo hizo ofreciéndole un trabajo a mi padre en su empresa y incluso una casa allí en Londres. Se ve que al tipo le iban bastante bien las cosas.

Bueno toca presentarse:

Soy Miriam. Una adolescente de 16 años un tanto complicada… Me cuesta abrirme a nuevas personas, soy impulsiva y un poco rebelde por no decir bastante, me encanta la moda, no soporto las mentiras y tampoco a la gente creída y no sé porque pero sabía que en Londres habría muchas niñas estiradas… Bueno ya me iréis conociendo con el tiempo en ese aspecto.




Físicamente soy morena, de piel bronceada y ojos castaños. No soy muy alta pero tampoco baja, ni gorda ni flaca. Mi pelo es muy liso y largo.
Bueno volvamos a la realidad.
El hecho era que no  me quería ir, pero había tiempo de crisis en mi país y entendía que para mis padres  tampoco era tarea  fácil eso de marcharse…
Me despedí de todos mis amigos esa misma tarde, me costó mucho hacerlo… Prometí que los volvería a ver, que sólo sería un tiempo…Pero sabía que no iba a ser así, ya que una vez que cambiáramos de casa y nos instaláramos de nuevo, no iba a resultar fácil dejarlo todo otra vez…