lunes, 15 de abril de 2013

Cap 34.

-Hay una persona que os quiere ver.
-¿A nosotras?-Preguntó Rocío extrañada.
-¡No preguntéis más y entrad de una vez!
Le hicimos caso a Bruno, mi mirada iba dirigida a todas las mesas pero no conocía a nadie y como era de esperar nadie parecía tener interés en mí ni en Rocío.
-Bruno, aquí no hay nadie que quiera vernos...
-Larguémonos,anda.-Propuse yo.
-Perdón...¿vais a tomar algo? Es para que se quitéis del medio.
Yo me volví para plantarle cara a la borde camarera.
-No, pero tampoco me pienso quitar.
-¿Es así como tratas a una vieja amiga?
-¿Eh?
-¿Quién es?-Me preguntó Rocío.
-Perdona, creo que te confundes de persona... Yo ni siquiera soy de aquí-Dije aún en tono borde, pues seguía molesta por el comentario de antes.
-¿Enserio? Me voy del país,mis amigas se olvidan de mí y él único que me reconoce es el hermano pequeño de una de ellas... Estoy flipando.
-¿Sofía?-Rocío estaba embobada mirándola.
-Vaya, parece que empezáis a recordarme-Dijo con una magnífica sonrisa.
-No puedes ser tú, como has cambiado...
Ella hizo intento de abrazarnos pero yo retrocedí.
-Bueno, han pasado algunos años...
-Pero... desapareciste. Así como si nada.
-Tuve que irme.
-¿Por qué?-Pregunté.
-¿Os parece si tenemos esta charla después? Casi termino mi horario de trabajo.
-Está bien.
-Esperadme en el parque de la esquina, sirvo la última mesa y enseguida voy.
Rocío y yo asentimos.
Camino del parque nadie se atrevió a decir nada.
Sofía era una chica de padres adinerados, que cuidaban su gran reputación por encima de todo.
Siempre la tenían bastante controlada y odiaba eso... creo que eso fue lo que la condujo al mundo del alcohol y las drogas. Eran su único refugio hasta que...
-Desaparecí.
Me entró un gran escalofrío pues era como si hubiera estado escuchando mis pensamientos.
-Desaparecí... me obligaron a hacerlo.
-¿Quién? ¿Por qué?
-Mis padres, ¿quién si no?
-Imposible, el día que te marchaste ellos estaban destrozados...
-Dijeron que los abandonaste-Concluyó la frase Bruno.
-¿Enserio?Veo que no han cambiado... Bah, no sé de qué me sorprendo, siempre tan mentirosos y patéticos.
-¿Qué fue lo que pasó, Sofía?-Preguntó mi amiga para ahorrarle el sufrimiento que le hacía recordar las virtudes de sus padres.
-Sabéis la historia... bueno, parte de ella. Padres ricos, hermano perfecto y la simple niña rebelde que sólo sabe causar problemas.
-Sofía, sabes que tú no eres así...
-Para ellos sí, por favor dejadme continuar.
Asentimos.
-Comencé a tomar alcohol y a fumar hierba... como pasatiempo, por lo menos colocada no pensaba en la mierda de vida que llevaba y las discusiones en casa se hacían más llevaderas.
La envidia me cegaban a cada instante y no soportaba veros juntas, las charlas constantes de lo que debía hacer y lo que no... todo me llevó a descargar contra ti, Miriam.
Yo agaché la cabeza.
-¿Por qué, qué paso?-Preguntó Bruno.
-Discutí con ella, enano. Me desfogué esa noche con una de mis mejores amigas y no sabes cuanto lo sentí...
-Fue la última vez que te vi.-Recordé con tono serio.
-Sí, después de pelearnos me fui a hacer lo normal en mi vida diaria...
Cuando terminó la noche no podía ni contenerme en pie y...-Comenzó a llorar.
-No tienes por qué hablar de ello-Dijo Rocío abrazándola.
Yo me quedé en el mismo sitio dónde me encontraba.
-Necesito hacerlo. Esa noche camino de casa vi a varios chicos al final de un callejón, los conocía y por eso no cambié de calle, aunque me resultó raro verlos allí.
Me rodearon entre todos, yo creía que bromeaban pues iban igual de fumados que yo, hasta que comenzaron a besarme y a quitarme la ropa bruscamente. Chillé con todas mis fuerzas pero era de madrugada y no había nadie a quién pedir ayuda.
Enmudecí.
Llegué a casa al día siguiente, no quise decir nada... me sentía sucia conmigo misma. Al cabo de un tiempo sentí como algo cambiaba dentro de mí, sentía náuseas constantemente...
-¡¿Te quedaste embarazada de uno de esos cabrones?!
-Sí... no pude ocultarlo por mucho tiempo, mi madre contrató a un médico que hizo el trabajo sucio por cuatro duros, perdí al bebé y me mandaron con mi abuela para evitar que la historia se supiera y hasta hoy...
-¿Por qué no nos buscaste?-Le reprochó Rocío.
-¿Podía hacerlo? ¡Me porté como una mierda aquella noche!
-Sabes que me dolió mucho lo que me dijiste... pero eras mi amiga por encima de todo, jamás te hubiera dado de lado.
-Lo sé. ¿Me perdonas?
Me levanté de mi asiento y por primera vez en mucho tiempo abracé a mi amiga.
-¡Basta de lágrimas! ¡¿Qué hacéis aquí?!
Pasamos toda la mañana juntas, teníamos mucho de que hablar.
-¿Tienes novio Sofía?-Le preguntó Bruno.
-¡Pero bueno! Que cotilla...-Dijo su hermana dándole una colleja.
-No, me declaro la mujer que más odia a los tíos.
Bruno la miró con cara seria.
-Menos a ti...estás buenísimo.
-Tía, que es mi hermano, un respeto...
Todos reímos ante el comentario.
-¿Y ustedes?
-No, pero estoy disponible para cualquiera.-Respondió Bruno.
-Yo supongo que... me uno a mi hermano.-Dijo Rocío entre risas.
Las miradas se posaron en mí.
-Yo... mejor no hablar.
-¿Tan mal te va?
-Digamos que -37937297392-Contestó Rocío.
-¡Oye!-Dije dándole un pequeño pellizco.
-Bueno ya me contaras, se me hace tarde y mi abuela se preocupa mucho si no llego puntual...
-¿Sigues en las...?
-¿En las drogas? Para nada, mi abuela se encargó de hacer por mí lo que no hicieron los que me trajeron al mundo...
-Te queremos.
Nos despedimos por última vez y se marchó.
-Buah, creo que nosotros también deberíamos irnos... necesitamos estar frescos para nuestro primer día de instituto.
-¡Dios! ¡Yo mañana tengo un examen!
-No has estudiado nada, ¿verdad?
Hice una leve inclinación para contestar a la pregunta.
-Pues nada, ¡a estudiar mucho! Mañana nos vemos.
Me despedí de los dos y salí pitando a casa.
-¡Hola chicos! ¡Adiós chicos!-Dije subiendo apresuradamente a la habitación que me correspondía.
-Miriam, necesito hablar contigo.
-Sí, Harry yo también creo que necesitamos hablar pero en este momento no puedo...
-¿Me estás evitando?
-¿Qué dices?
-Entonces, ¿qué te pasa?
-Tengo mañana un examen de historia y digamos que no he abierto el libro para nada.
-Si quieres te puedo ayudar...
-¿Sabes algo de la 1º Guerra Mundial?
-Cariño, ¿sabes con quién estás hablando? Estás hablando con Don Harry Edward Styles.

-Vale... no tienes ni puta idea, ¿verdad?
-Que sí tonta, enséñamelo.
Entramos en mi habitación y le entregué la libreta de apuntes.

Harry se le contagió la canción y acto seguido comenzó a cantarla en voz baja mientras miraba mis apuntes.



Me quedé observándolo, era tan perfecto...
-¿Miriam has entendido algo?
-Eh... no.
-Haber...préstame atención ¿vale?

Me reí un poco, parecía irónico que me dijera eso cuando no podía quitarle la vista de encima.
-Vale, hay que ver que serio te has puesto.
Él me sonrió.

Estuvo explicándomelo todo, yo no quitaba los ojos de aquella libreta pues me intimidaba bastante cuando me miraba fijamente con esos ojazos.

-Creo que ya lo tengo claro.
Parece ser que lo dije todo al revés pues Harry se rió de mi.
-¿Sabes qué? ¡Se acabó! Paso de historia...
-Seguro que lo haces genial.
-¿Enserio?-Dije esperanzada.
-No, pero soy único en dar ánimos, ¡eh!

-Vete un poco a la mierda...
-¡Esa boca!-Respondió una voz por el pasillo.
-¡Zayn! Dime que eres bueno en historia, ¡por favor!
Soltó una carcajada.
-Lo mío era y es el dibujo.
-Mierda, pedazo de cero voy a sacar...
-Creo que a Liam se le da bastante bien...
-¿Enserio?
Antes de que pudiera responder ya estaba en el salón junto a Liam.
-Necesito tu ayuda, señor padre.
-¿Qué has liado?
-Nada...
Le estuve explicando mi problema y aunque parezca mentira se me quedó en menos de diez minutos.
-¿Te he dicho alguna vez que te idolatro?
-Sí... me lo dices diariamente.
-¡Pues te lo repito!-Dije dándole un abrazo.
-¿Cómo has podido cambiarme por Liam?-Dijo la voz de Harry a mi espalda.
-Lo siento, rizos pero es mejor maestro que tú.
-No.
Puttin’ my defences up, cause I don’t wanna fall in love...
-¡Móvil sonando!-Gritó la voz de Niall.
-Mío, mío.
Niall ocultaba mi móvil detrás de él, yo intentaba cogerlo y nuestras narices se rozaron.
Fue un momento incómodo para ambos.
-¿Me lo das?
Niall me lo entregó sin problemas.
-¿Diga?...Sí, ahora me paso. Venga, hasta ahora mamá.
-¿Que quería?-Me preguntó Niall.
-Me echa de menos, quiere que vaya a pasar la tarde con ella.
-Cosa de madres...
-Sí, creo que esta noche me iré a pasar la noche allí... no esperadme para comer.
-Genial, así tengo más comida para mí...
-Glotón.
Ese fue el fin de mi día, como era de esperar cené en casa de mis padres y pasé la noche allí.
Mañana sería otro gran de aquella vida que jamás hubiera podido creer que viviría, ¿una vida de ensueño? Bah, Miriam... aún te queda mucho por vivir, demasiado...


Foto de Sofía:

martes, 9 de abril de 2013

Cap 33.

-Entra, anda.-Me susurró.
-Voy a entrar pero...-Le dí un pequeño empujón con la almohada y me metí en su cama.
-¿Qué haces?-Preguntó él divertido en la puerta.
-Quitarte la cama.
-¿Y yo dónde duermo?
-No sé, búscate la vida. Eres famoso, eso te da ciertos privilegios...
-¿Ah, sí?
Vi como Niall se acercaba a la cama...
-Ni se te ocurra pensar que vamos a dormir juntos.
-Pues todavía no has visto lo mejor...
Acto seguido Niall se empezó a desnudar.
-¿A qué juegas?
-No puedo dormir con ropa... lo siento.
-Mientras que sólo te quites la camiseta...
-¿Me haces un hueco?-Me preguntó al pie de la cama.
-Por supuesto... que no.
-Como quieras.-Dijo tirándose encima de mí.
Yo lo esquivé y al girarme... bruscamente me caí de la cama.
-¿Estás bien?-Me preguntó.
Una carcajada mía le bastó para que él riera también.
¿Me podrías ayudar a levantarme,no?
-Vale... como quieras.
En ese mismo instante, Niall estaba frente a mí como Maura lo trajo al mundo.
-¡Tápate! Dije intentando no verle.
-¡Pero si tú eres la que quería que me levantara a ayudarte!
-¡Pero con ropa!
-¿Segura?
-Yo... Yo...¡Pues claro! Para lo que hay que ver...
-¿Ah sí? Lo mismo digo...
-¿Qué? Más quisieras, chaval.
-Sí... já. Las tengo coladas por mí y mucho mejores.
-¿Mejor que esto?-Estaba indignada y sin pensar me quité la parte de arriba del pijama.
Niall abrió los ojos como platos y se abrió la puerta.
-Rubio, sabes dónde está...¿Miriam?-Danielle se quedó sorprendida al verme en sujetador y a Niall tapado en la cama con los boxers encima de la mesita de noche.
-Dani, te lo puedo explicar...-Dije vistiéndome.
-Yo mejor me voy...Lo siento, no quería interrumpir.
La puerta se cerró.
-Mmm... creo que se ha pensado que tú y yo...
-Sé perfectamente lo que ha pensado.
Niall reía descontroladamente.
-No sé de qué coño te ríes... yo no le veo la gracia.
-Yo sí, lo siento.
-No te soporto, me voy a buscar a Dani.
La casa estaba completamente en silencio, supongo que la fiesta ya había acabado.
Bajé y me sentí bastante mal al ver a todos los chicos limpiando, Dani me miró con una risilla.
Me acerqué a ella, aparentando que recogía los restos de la fiesta.
-No es lo que crees... te lo juro. Me sacó de mis casillas y...
-Miriam, enserio. No tienes por qué disculparte. Todos en esta casa lo hacemos, es normal.
-Pero es que yo... ¡NO IBA A HACER NADA!
-Claro, claro. Oye, ¿estaís juntos?
-Ehh, no. ¡Danielle!
-Ya, vale... te creo.
-Cambiando de tema, ¿dónde está Harry? No le veo por aquí.
-Ha ido a acompañar a tu amiga Rocío.-Respondió Zayn desde lejos.
-¿A su casa?
-Supongo.
Me sentó mal y no sabía por qué. Harry, mi mejor amiga...
-Creo que me voy arriba, Angy está en mi cuarto y no quiero dejarla sola.
-¡VALE! ¡Que descanses!
-Hasta mañana.

(A la mañana siguiente)
-¡Buenos días!
-Hola-Contesté de mala gana a Harry.
-¿Te pasa algo?
-Nada. Ayer te estuve buscando, no estabas.
-Sí, es que fui a casa de tu amiga, era muy tarde y...
-Ya ya, la acompañaste.
Me fui a la mesa pues ya estaban hechas mis tostadas.
-¿Puedo preguntar por qué estás de tan mal humor?
-Dolor de ovarios, fatiga, cosas de chicas.
-Entiendo...
Dejamos de hablar, yo terminé antes de que los demás llegaran y comenzaran a desayunar.
Llamaron al timbre. Harry se apresuró a abrir.
-¡Hola! ¡Llegáis justo a tiempo!
-¡Genial!
-Chicos he invitado a desayunar a Rocío y a su hermano, espero que no os moleste.
-Para nada...
-¡Bruno! ¡Qué alegría!-Grité al verle.
Los dos nos fundimos en un tierno abrazo.
-¡Para! Me vas a asfixiar...-Respondió él.
Intenté saludar a mi amiga como si nada, pero creo que ella notó que algo no iba bien.
-Voy a vestirme mientras desayunáis. Enseguida bajo.
Me puse esto:


Y a la velocidad de la luz bajé las escaleras.
-¿Vamos a dar una vuelta? ¡Quiero conocer Londres!-Propuso Bruno.
-Por mí genial-Contesté.
-¿Rocío te quedas?-Le preguntó Harry.
-No, mi madre me ordenó que no me separara de mi hermano para nada y ayer ya lo dejé solo.
-Pero va con Miriam...
-Puedo llegar a ser muy mala influencia, aviso.
-Mañana nos vemos, ¿vale?-Propuso Rocío.
-Eso espero, cariño.
Estábamos saliendo de la calle de los chicos cuando dije:
-Vaya, que bien os lleváis ¡eh!
-¿Te refieres a Harry? Sí, es un chico genial.
Nos paramos un momento en un puesto de granizadas.
Compré la mía y seguimos con la conversación...
-Sí... Te llevó ayer hasta tu casa, eso no lo hace cualquiera.
-¿Adónde quieres llegar?
-Pues nada, que os veo muy amigos para el poco tiempo que os lleváis conociendo.
-Miriam, ¿estás celosa?
-No, para nada. ¿Qué dices?
-Creo que Harry tenía razón.
-¿En qué?
-Que te gusta.
-¿Cómo?
-Sí, ayer cometí un error. Yo no sabía que...-Enmudeció.
-Rocío, habla.
-Es que le prometí que no te contaría nada.
-Soy tu mejor amiga, dime que pasa aquí.
-Prométeme que disimularas y qué harás como que no sabes nada.
-Pero...
-Prométemelo.
-Está bien, te lo prometo. Ahora dime.
-Veras, ayer cuando te ayudé con Niall hice un comentario a Harry...
-¿Cuál?
-Que estabas colada por el rubio y que erais la pareja perfecta.
-¿Y bien?
-Pues Harry se puso furioso y dijo que no era verdad, que no podía ser verdad y me lo confesó todo.
-¿Puedo entrar a ese Starbucks? Nunca he entrado a uno...-Interrumpió Bruno.
-Entra a dónde te dé la gana, Londres es tuya.-Rocío le dio dinero a su hermano pequeño y éste se esfumó.
-Sigue, por favor.
-Esto es muy fuerte, amiga... verás, me confesó que él estaba...enamorado de ti.
¡¿QUÉ?!-Dije escupiendo la granizada que tenía metida en la boca.
-¿Enserio? ¿No sospechabas nada?
-Haber... es mi amigo, mi mejor amigo. Tú y yo sabemos lo ligón que es... pensé que lo que decía y hacía no iba enserio.
-¿Y tú que sientes?
-Quiero a Niall.
-Ese es el problema, dices que quieres a Niall pero mira como te has puesto al creer que Harry quería algo conmigo.
-¿Al creer? ¿Todo el numerito de antes era una falsa?
-¡Pues claro! Hicimos una apuesta, me dijo que tú sentías algo por él y que me lo demostraría.
-¿Y por qué aceptaste? Se supone que eres mi amiga...
-¡Jamás pensé que él tendría la razón!
-¡Y no la tiene!
-Miriam, ni tú misma sabes lo que sientes...
-Sé que amo a Niall... lo sé.
-Eso no te lo discuto, pero qué pasa con Harry...¿Qué sientes por él?
-No lo sé, le quiero... pero a Niall le quiero más.
-¡Chicas, venid!-Gritó Bruno eufórico desde la puerta del Starbucks.
-¿Qué le pasa?-Pregunté atónita a su hermana.
-Se habrá metido en líos como siempre.
Salimos corriendo hacía él.
-¿Qué has liado?-Le preguntó Rocío.
-No seas ridícula, no he hecho nada.
-¿Entonces?
-Hay una persona que os quiere ver.


Aquí os dejo una foto de Bruno.

PD: En el capítulo siguiente conocereís más personajes y habrá mucha más acción. No olvidéis  dejar abajo vuestra opinión sobre el capítulo o la novela en general. Gracias por todo el apollo recibido hasta ahora <3