Estaba bailando con Mike y de repente
allí se encontraba él, frente a nosotros.
Lo único que hice fue apretar
fuertemente a Mike, pero éste me soltó al instante y me dejó en
manos de Niall.
-Yo no sé bailar esto-Le confesé
tímidamente.
Se le escapó una sonrisa mientras me
cogía dulcemente de la cintura y con su otra mano sujetaba la mía.
Estábamos tan cerca que nuestros
alientos se entremezclaban.
-Esta noche es perfecta-Susurró en mi
oído.
-Falta algo para que lo sea.
-¿El qué?-Me preguntó.
-Que Ketza se vaya, no soporto
tenerla...
-Te entiendo, yo haré que se
marche-Dijo interrumpiéndome.
-¿Harías eso por mí?
La canción finalizó.
-¡Me toca bailar con la
cumpleañera!-Exclamó Liam.
Antes de irse, Niall respondió: - Eso
y cualquier cosa.
-¿Por qué ha dicho eso?
-Niall, está loco.
-Sí y creo que por ti-Respondió éste
dándome un codazo y así bailamos al ritmo de la música.
(Narra Niall)
¿Dónde estaba Ketza? Tenía que
buscarla y pedirle que se fuera de alguna manera pero ¿Cómo?
-Ya estoy aquí, mi amor.
-Te estaba buscando.-Le dije.
-¿Me echabas de menos?
-No, bueno sí, pero necesito que...
que te vayas.
-¿Estás de broma, verdad?
-No es por mí, pero ya sabes que
Miriam y tú no se lleváis nada bien.
-¿Por ella me estás echando?
-No, no te estoy echando...
-¿Ah, no? ¿Por qué no eres
sincero? ¡Admite que te gusta!
-Ketza, no sigas.
-¡Eres un cobarde!-Dijo mientras de
daba una bofetada.
-¿Sabes qué? Ya estoy harto de tus
celos. Se acabó.
-¿A qué te refieres?
-Que ya no aguanto más. Fin de la
historia.
-¿Estás cortando conmigo?
-Exacto.
Ketza se fue echa una furia... me había
quitado un gran peso de encima.
(Narra Miriam)
Estaba bailando con los chicos y Niall
pasó por mi lado y me explicó que Ketza ya se había ido.
-¿Puedo hablar contigo, un momento?-Le
pregunté.
Niall asintió y nos apartamos del
gentío.
-¿Qué pasa?
-Tengo una duda.
-Dime.
-¿Por qué me ayudaste con Ketza?
-Es tu fiesta, hoy es tu noche.
-Pero ella es tu novia...
-Lo era.
Al decir esas palabras me sentí feliz.
¿Habían roto?
-¿Cómo? ¿No estás con ella?
-No.
-¿Puedo preguntar el motivo?
- No me gustan las personas tan celosas
y controladoras, creo que tu me entiendes. Somos iguales en ese
aspecto.
-¿Y solamente lo hiciste por eso? ¿O
hay algo más?
-Lo hice por algo que no se puede
describir con palabras.
-Entonces... dilo como puedas.
-¿Estás segura?
-Sí.
Él se acercó a mí, me iba a besar.
Yo cerré los ojos, esperando que sus labios rozaran los míos pero
nunca sucedió.
-¿Qué pasa?
-Que ya cometí el error de besarte dos
veces y no lo pienso volver a cometer. Perdón. -Niall se fue.
Me sentí como una idiota. Nada me
podía alegrar en ese momento pero como siempre, volví a equivocarme.
-¡Hora de abrir los regalos!-Gritaron
Anne y mi madre.
Antes que pudiera decir nada, Eleanor y
Dani se acercaron a mí.
-¡Toma! Esperamos que te guste.
Las vi tan emocionadas que me tragué
mi orgullo por primera vez y lo acepté.
Al abrirlo había 3 colgantes. Uno para
cada una.
-¡Os quiero!-Dije al abrazarlas.
Cada una cogió uno y se lo puso
diciendo estas palabras.
-Siempre...-Dijo Danielle.
-Estaremos...Continuó Ele.
-Juntas.-Agregué yo finalmente.
-¡Ahora me toca a mí!-Gritó Louis.
Sólo me dio un beso en el cachete.
-¿Ese es mi regalo?-Pregunté riendo.
-¡No! Está en tu cuarto. Era muy
pesado para traerlo hasta aquí.
-¡Gracias,Boo! Siempre me dejas
intrigada... maldito.
-Es lo que tiene ser Louis.
-No, es lo que tiene ser Tommo.
Lou me dio un gran abrazo.
-¡Miriam! Esto es para ti...-Dijeron a
la vez Zayn y Perrie.
-´´Siempre en mi corazón´´-Leí.
-Sí, y las alas son porque llegaste de
la nada, algo así como un ángel y te has convertido en una
personita imprescindible en nuestras vidas-Afirmó Zayn.
-¡Exacto! ¿Prométeme que jamás te
olvidarás de nosotros?-Preguntó Perrie.
-Jamás podría olvidarme de ustedes.
Os adoro con todo mi corazón-Dije abrazándolos fuertemente.
-¡Eh! ¡Que yo también quiero!-Gritó
por detrás Harry.
-¿Tú también me has hecho un
regalo?-Pregunté con una gran sonrisa.
-¡Claro! Toma espero que te guste...
yo ya lo tengo puesto.
Era un colgante con un pequeño avión
de papel.
-¿Qué significa?-Pregunté
tímidamente.
-Gracias a un avión, conseguí
encontrar a la chica más perfecta de este mundo.
Mis ojos se iluminaron, no quería
llorar y sabía que podía ocurrir de un momento a otro.
No encontraba palabras... sólo pude
decir:
-Te quiero.
Era el te quiero más sincero que jamás
haya podido decir a nadie.
-Siempre y para siempre-Agregó él
dándome un fuerte beso en la cabeza.
Liam se acercó.
-Es hora de entregarte el mío,
princesa.
-¿Una tarta de todos nosotros? Dios...
eres el mejor Liam. ¡Muchísimas gracias!
-¿Te gusta?
-¿Bromeas? ¡Es la mejor tarta del
mundo!
En ese momento un regalo enorme
apareció a mi lado.
-¿Y esto?
-Es el nuestro.-Dijeron mis padres,
alegres.
-¿Se habéis vuelto locos? Es
enorme...-Al tocarlo éste se movió.
Casi me da un infarto, no lo podía
creer...¿qué era aquello?
-Miriam, sigue abriéndolo.- Me dijo mi
padre.
Le hice caso aunque con un poco de
miedo y logré abrirlo.
-¿Ahora una caja, gigante? Estáis de
broma, ¿no?
-Ya falta poco-Aseguró mi madre.
Me acerqué y en ese momento apareció
mi regalo.
No podía ser cierto... Era imposible.